Los imperativos y el cambio climático.

El discurso políticamente complejo del cambio climático y su carga emocional añadida produce la asunción de expresiones cada vez más combativas independientemente del sector de procedencia, diferentes mediciones dicen que los sectores conservadores se muestran más proclives a ignorar cuando no a denostar la evidencia científica. Primero las llamadas de la comunidad científica refieren que la prioridad inmediata es hacer frente al cambio climático y la pérdida de biodiversidad, que está llegando a niveles de extinción en masa. Las temperaturas globales han aumentado casi 1ºC en el último siglo, como la reciente  "declaración de la tierra" subraya, si las temperaturas alcanzan los 2ºC por encima de los niveles preindustriales, los resultados pueden ser desastrosos pero  si las emisiones actuales se mantienen, las temperaturas van a aumentar en más de 4ºC respecto a los niveles para el final del siglo con resultados en consonancia. Segundo las llamadas de la comunidad económica sobre que, el acceso fiable a los recursos naturales es esencial para el desarrollo humano y la prosperidad, de hecho, los desastres naturales cada vez más frecuentes y graves suponen costos económicos masivos. En tercer lugar las llamadas de la ONU sobre la necesidad de una regulación legal de los tipos de delitos y otras violaciones de derecho ambiental, incluido el comercio ilegal de especies protegidas, tráfico ilícito de sustancias que agotan el ozono, tráfico ilícito de desechos peligrosos, pesca ilegal no declarada y no reglamentada, la tala ilegal y el comercio de madera. Por último y no por ello menos importante desde un púlpito conservador, de forma valiente el Papa Francisco  con su encíclica -carta solemne que dirige el Sumo Pontífice a todos los obispos y fieles del orbe católico-, recién publicada sobre el medio ambiente envía un poderoso mensaje no sólo a 1,2 mil millones de católicos del mundo, sino para el resto de la población global. Firmemente arraigada en la ciencia, algo reciente y original por ser a quien representa, el lider espiritual  reconoce la necesidad de una acción urgente, ya que el mundo se enfrenta a un cambio climático potencialmente catastrófico. De acuerdo con la encíclica de Francisco, el mundo tiene que trabajar en conjunto para revertir esta tendencia, volviendo a conectar con la biosfera y armonizar sus actividades con la naturaleza. La declaración del Papa se hace eco del proyecto de texto para los ODS: "el futuro de la humanidad y de nuestro planeta está en nuestras manos." que representa un cambio hacia un nuevo paradigma, en el que los seres humanos son la fuerza impulsora y por lo tanto tienen una nueva responsabilidad de su mayordomía. Como consecuencia lógica de todo lo anterior la semántica cambia y se divulga una nueva palabra en los medios, el imperativo moral, que por añadidura arrastra el imperativo científico, económico y legal, mejor dicho:

La protección de nuestro planeta es un imperativo.